Qué son el Biofeedback y Neurofeedback

¿Puede entrenarse el cerebro?

El cerebro es el órgano más adaptable y plástico del organismo. De hecho el cerebro humano está diseñado para estar constantemente en relación con nuestras sensaciones internas y con el mundo que nos rodea, ajustándonos de modo fluido a los cambios que se van produciendo.

Aunque hace unos años se defendía que el cerebro terminaba de desarrollarse en los primeros años de vida, y que a partir de un determinado momento las neuronas ya no se reproducían. Sin embargo, la reciente investigación en neurobiología ha aportado cada vez más pruebas de la extraordinaria plasticidad del cerebro humano y de su capacidad para regenerarse.

Astronauta Ron Garin

Astronauta Ron Garin usando un equipo FlexComp Infiniti™ fotografia de Dave Williams durante el proyecto NEMO NINE de misión submarina.

¿En qué consiste el neurofeedback?

El neurofeedback es una terapia en expansión, y forma parte de un tipo de tratamientos que actúan de modo directo sobre la función cerebral, denominados neuroterapias. Aunque descubierta hace bastantes años, la mayor disponibilidad de instrumentos de medición y aparatos para el tratamiento ha incrementado considerablemente su uso y lo ha posibilitado como un tratamiento asequible para la población general.

El neurofeedback consiste en un registro de la actividad eléctrica cerebral, similar a un electroencefalograma (EEG). La señal EEG es analizada digitalmente para extraer datos sobre la función cerebral entre distintas áreas, las conexiones entre ellas y el funcionamiento general del cerebro. Los aparatos de neurofeedback permiten, en base al procesamiento de estas señales eléctricas, diseñar programas de tratamiento personalizados para cada individuo, reforzando determinados tipos de actividad neuronal e inhibiendo otros.

Mano Biofeedback

¿Qué es el biofeedback?

Con una filosofía similar al neurofeedback, el biofeedback consiste en la modificación, a través de programas informáticos, de funciones corporales específicas. Así la tensión arterial, la contracción muscular, la frecuencia respiratoria y cardíaca, y muchos otros parámetros, pueden ser reforzados o inhibidos para mejorar el estado de salud del paciente. A través de programas de biofeedback puede conseguirse también influir positivamente en estados mentales, por ejemplo, facilitando la relajación y disminuyendo los niveles de ansiedad.

Preguntas frecuentes

¿Es complicado para el paciente?
Realmente el procedimiento es muy sencillo. La persona ha de estar cómodamente mirando durante más o menos media hora una pantalla, en las que se ven imágenes en movimiento, o escuchando sonidos. Estas imágenes o sonidos refuerzan determinadas longitudes de onda en localizaciones específicas del cerebro, o potencian cambios en determinadas funciones orgánicas como la respiración, la frecuencia cardíaca, la contracción muscular o la tensión arterial.

El paciente no ha de hacer nada, de hecho, cuanto menos se esfuerce mejor suele funcionar el entrenamiento. Ha de tratar de no moverse demasiado, y de estar presente y prestando atención a la pantalla sin agobiarse por el resultado. El condicionamiento se va produciendo de modo involuntario y progresivo. Una respiración pausada puede ayudar al proceso, pero no es necesario hacer un trabajo de relajación para que el entrenamiento funcione.

En algunos casos el tratamiento se puede combinar con rehabilitación cognitiva o ejercicios. Algunos métodos específicos como el trabajo con potenciales corticales puede requerir tareas específicas que el paciente ha de realizar. Pero en la mayor parte de los tratamientos con biofeedback o neurofeedback el paciente no tiene otra consigna que permanecer centrado en la pantalla y despierto. Se requiere un compromiso en la realización continuada de los entrenamientos, porque las sesiones muy esporádicas apenas producen resultados visibles.

¿Para qué sirven estos tratamientos?
El neurofeedback y el biofeedback trabajan en base a un paradigma psicosomático de la medicina. Mente y cuerpo están interconectados, y el trabajo sobre un área tendrá repercusiones sobre las demás. Por ejemplo, el entrenamiento en variabilidad cardíaca, un tipo de biofeedback, se utiliza como un método de regulación emocional. El entrenamiento en neurofeedback, basado en el refuerzo e inhibición de ondas cerebrales, puede mejorar no sólo condiciones psicológicas, sino también problemas orgánicos como las migrañas, la epilepsia, el colon irritable o la fibromialgia.

El problema para el que se ha obtenido mayor evidencia empírica es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). La Sociedad Americana de Pediatría ha reconocido desde 2011 al neurofeedback como uno de los tratamientos recomendados para el TDAH, aportando resultados al mismo nivel que los medicamentos estimulantes, que eran considerados hasta entonces el tratamiento de elección.

Otros cuadros que disponen de una evidencia científica importante son las adicciones, sobre todo el abuso y dependencia de alcohol, y el daño cerebral. También hay bastantes estudios en trastorno por estrés postraumático, ansiedad y depresión. El número de investigaciones y publicaciones va en aumento, con resultados prometedores en cuadros como los trastornos del espectro autista, la fibromialgia, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), y muchos otros.

En esta misma pagina disponemos de una amplia variedad de estudios sobre la evidencia científica de estas técnicas.

¿Qué cuentan los pacientes?
En general puede observarse de modo habitual que los efectos del entrenamiento con neurofeedback y biofeedback van más allá del problema concreto que trata de mejorarse. Por ejemplo, una paciente que recibía neurofeedback por un cuadro de crisis de angustia, describía aparte de la mejoría en sus síntomas, una disminución de su ansiedad por comer y la calidad del sueño (en general el insomnio es un síntoma que suele mejorar con estos tratamientos), así como la eliminación de sus contracturas en la espalda, que no se habían resuelto nunca del todo con fisioterapia. Otra paciente, con trastorno de personalidad, explicaba que su impulsividad había disminuido, estaba menos irritable y susceptible, se sentía menos alerta, y también que pudo suprimir su consumo de cannabis, tras haberlo intentado previamente muchas veces sin éxito. En los niños con TDAH tratados con neurofeedback se observa en ocasiones una mejora, no sólo en la atención, sino también en la capacidad para entender a sus iguales y relacionarse con ellos.
¿Son iguales todos los tratamientos de neurofeedback y biofeedback?

Asistimos en estos últimos años a una proliferación de sistemas basados en ondas cerebrales o sistemas que supuestamente se venden como biofeedback de relajación. Estos sistemas llevan a cabo un registro muy general y poco preciso de la actividad cerebral o fisiológica y sus efectos son poco consistentes. Aunque captar determinadas frecuencias de onda es relativamente fácil, discriminar esta actividad y programar un entrenamiento específico para el estado del paciente es mucho más complejo, y requiere una valoración especializada.

Un ejemplo es la gran cantidad de aparatos basados en inducir ondas Alfa, que se definen como ondas de relajación. Pero como es evidente para todos nosotros, el cerebro humano no es un órgano simple, sino una de las maquinarias más complejas y sofisticadas que existen. Las ondas Alfa en determinadas áreas del cerebro pueden provocar problemas atencionales, y en otras pueden asociarse a depresión. Por tanto, ayudar al cerebro a producir más Alfa puede ser útil para personas que no generan estas ondas en cantidad suficiente, pero por el contrario, sería enormemente contraproducente en otros casos.

Otro ejemplo de sistemas que se anuncian como entrenamiento cerebral o mental, consisten en aparatos que venden su utilidad recurriendo a términos aparentemente científicos y neurológicos. Sin embargo, estos sistemas están basados en conceptos mal definidos o contrastados, como la medición de “energías” que no han demostrado poder ser medidas ni entrenadas. Aunque los términos que usan estos sistemas para describir su funcionamiento pueden parecerse, son radicalmente diferentes.

Todo lo que explicamos aquí sólo es aplicable al neurofeedback y biofeedback con equipos clínicos propiamente dicho, y dentro de éste, a los protocolos avalados por la investigación.

Neurofeedback personalizado

Algunos tratamientos de neurofeedback están basados en protocolos aplicados sólo en función del diagnóstico del paciente. Buscando que resulten lo más simples posible para los terapeutas que administran los tratamientos, estos aparatos adolecen de un error básico: el pensar que todos los individuos con un problema presentan el mismo patrón de actividad cerebral, y necesitan por tanto los mismos procedimientos de tratamiento.

Los estudios, sin embargo, han demostrado que dentro de la misma patología pueden presentarse distribuciones de ondas en función de las áreas cerebrales que pueden ser muy diferentes. Cada individuo necesita por tanto una evaluación específica de su función cerebral y de su problemática particular, para poder recibir así un tratamiento individualizado y personalizado.

La evaluación previa al tratamiento con neurofeedback o biofeedback consta de tres ejes:

  • 1. El examen clínico por un especialista para determinar las características del trastorno y los síntomas predominantes, así como la indicación del tratamiento con neuro y biofeedback.
  • 2. La evaluación psicométrica o fisiológica según el caso mediante pruebas y test tanto escritos como computerizados, de cara a cuantificar la dimensión del problema y monitorizar posteriormente los resultados.
  • 3. En caso de Neurofeedback mapeo cerebral por medio del electroencefalograma cuantitativo o qEEG. Estos mapeos dan una idea muy específica de los patrones de función cerebral, tanto respecto a las ondas cerebrales predominantes en distintas áreas como a la conectividad entre áreas o los potenciales evocados. En el caso del biofeedback, las pruebas de diagnostico previas y en reposo mediante sistemas de medición de las áreas envueltas en el proceso clínico.

En base a estos tres ejes se van diseñando los protocolos específicos para cada paciente, y se van reevaluando cada cierto tiempo, para irlos ajustando según se van modificando los parámetros con el entrenamiento.

¿Cuánto tiempo puede llevar un tratamiento de este tipo?
Entrenar un músculo, adquirir flexibilidad, mejorar una habilidad, aprender a tocar un instrumento o a hablar un idioma, son aprendizajes que necesitan práctica y constancia. Aunque el trabajo con neuro y biofeedback tiene una gran intensidad y potencia, y actúa sobre la actividad cerebral y fisiológica de modo directo, son necesarias bastantes sesiones para que la función se modifique y un tiempo de mantenimiento suficiente para que el efecto se consolide. Este número es variable según el trastorno, mejorando en general en torno a 25 sesiones los problemas de ansiedad, 50 el TDAH o el TOC, y 80 los cuadros de autismo, por poner algunos ejemplos. Cada cerebro puede tener además distinta plasticidad, y necesitar más o menos sesiones para alcanzar similares resultados.

Lo mismo ocurre con el biofeedback. Poco a poco el organismo aprende a modificar funciones que antes se consideraban automáticas y fuera del control voluntario. Durante un tiempo, el cuerpo simplemente aprende el modo de influir en ellas. A base de entrenamientos repetidos, este efecto se va consolidando y ampliando. Sin un tiempo significativo de tratamiento, el organismo tenderá a volver a su estado previo. Con las necesarias repeticiones, el efecto acaba consolidándose y haciéndose definitivo. Algunas personas pueden necesitar, terminado el entrenamiento, sesiones ocasionales de refuerzo, pero muchas veces los efectos son definitivos.

Yo no tengo ningún trastorno, pero me interesa aprender a relajarme o mejorar mi concentración. ¿Me puede interesar el biofeedback o el neurofeedback?
El neurofeedback y el biofeedback ayudan a mejorar la conexión mente-cuerpo, la autorregulación y la concentración en sujetos sanos. Nos ayuda a adquirir conciencia de nuestros estados mentales y corporales, aprendiendo de ese modo a modificarlos. Muchas personas deciden asistir a sesiones de neurofeedback no para resolver una patología, sino como un método de crecimiento personal o para mejorar sus capacidades. Por ejemplo, puede ayudarnos a estar más centrados, a ser más efectivos o a autorregularnos mejor.

Algunas modalidades de neurofeedback pueden ayudar a adquirir estados asociados a la meditación, y pueden usarse en combinación con otras herramientas, como el entrenamiento en mindfulness.

Neurofeedback y biofeedback en la mejora de desempeño y la excelencia ejecutiva
Estas herramientas se han empleado con éxito en personas interesadas en llegar al máximo nivel de desempeño en sus actividades. Los músicos profesionales o los deportistas de élite son dos buenos ejemplos de estas aplicaciones. Cada deporte requiere poder llevar la mente y el cuerpo a determinados estados, en los que el rendimiento se optimiza. También se favorece el cambio de estado, pudiendo alternar entre la ejecución al máximo nivel y la relajación que lleva a aprovechar intensamente los periodos de descanso y recuperación.

Los ejecutivos sometidos a un importante grado de estrés, y que han de mantener un alto rendimiento de forma sostenida, pueden beneficiarse de los entrenamientos con biofeedback y neurofeedback para mejorar su funcionamiento global y además para prevenir las frecuentes complicaciones del estrés crónico.

¿Qué precauciones hay que tomar al llevar a cabo un tratamiento con neurofeedback y biofeedback?
Cualquier tratamiento con un efecto potente puede presentar efectos secundarios. Después de todo, estamos influyendo sobre las funciones corporales y cerebrales de modo directo. Por eso la planificación del tratamiento ha de ser completa y específica. Un tratamiento programado de modo personalizado a las necesidades particulares de cada individuo es la mejor forma de prevenir molestias, y cuando estas ocurren suelen ser pasajeras y rápidamente solucionables. Con el adecuado seguimiento, los efectos adversos como cefaleas, somnolencia o excesiva activación son muy raros y suelen tener que ver con la necesidad de modificar el tipo de protocolo que se está aplicando, resolviéndose por lo general al cambiar éste.

Dependiendo de la situación de cada individuo, puede ser aconsejable combinar el tratamiento con neurofeedback con sesiones ocasionales de psicoterapia tradicional. Por ejemplo, en pacientes con dificultad para manejar sus emociones, aunque el tratamiento con neurofeedback ayudará a la regulación emocional, la persona puede necesitar ayuda del terapeuta para gestionar los cambios que va experimentando. Los individuos con cuadros postraumáticos pueden necesitar sesiones orientadas al trabajo con los recuerdos traumáticos de modo específico. En personas con tratamiento farmacológico, el psiquiatra puede necesitar hacer ajustes de la medicación conforme se van consiguiendo cambios con el entrenamiento con neurofeedback o biofeedback. Los niños con TDAH pueden necesitar un trabajo de estimulación cognitiva, un abordaje psicopedagógico de sus problemas de aprendizaje o terapia orientada a sus problemas emocionales, relacionales y de autoestima.

Como estos tratamientos van produciendo una modificación progresiva de las funciones a entrenar, periódicamente la evaluación ha de repetirse, y los protocolos se irán ajustando cada cierto tiempo, en función del cambio en los parámetros observados. Con estos controles periódicos se minimizan notablemente los desajustes.

Un trabajo centrado en el paciente

Es importante encontrar un equilibrio entre hacer una evaluación profunda y precisa de las necesidades del paciente, por personal especializado y con tecnología innovadora, con un sistema asequible para los usuarios. Diversas modalidades, frecuencias flexibles y programas personalizados permiten adaptar los tratamientos a las necesidades y posibilidades de cada persona.
Es por eso fundamental que como pacientes acudamos siempre a profesionales titulados y acreditados en las modalidades de bio y neurofeedback y huir de terapias milagrosas planteadas por terapeutas sin ningún conocimiento ni titulación cínica.